Ayer tocó cerrar el estudio y acercarse a La Fábrica de Armas de La Vega. Reencuentro con compañer@s con l@s que hacía tiempo que no coincidía en un lugar que me sorprendió nada más llegar, y del que me costó “escapar”.


Y es que con motivo del Premio Princesa de Las Ciencias Sociales 2019, el sociólogo Alejandro Portés, desde la Fundación Princesa de Asturias a los miembros de la Asociación Profesional de Fotoperiodistas de Asturias (APFA) se nos brindó la oportunidad de poner nuestro granito de arena. Ayer, el premiado, antes de su conferencia, se dió un paseo por la exposición, arropado por los fotógrafos colaboradores y familias participantes, acompañado de nuestro compañero Álvaro Fuente como guía.



Como resultado, una muestra de 10 fotos dobles a gran formato, donde las protagonistas son ellas: familias de inmigrantes con hijos nacidos en Asturias. Y así es como, en mi caso, conocí a Daniel, Natalia, Serguei y Maxim.

Daniel
Avilés, 9 años
Daniel está intentando aprender ruso a sus nueve años, casi diez, por un “error” de su padre; no enseñárselo cuando era un niño pequeño. Ahora cuesta, pero Serghei se esfuerza porque tanto él como su hermano recuperen y entablen lazos con su Moldavia originaria. Cuenta que se defienden, aunque está claro que no es su primera lengua. Tanto él como su actual pareja lo intentan, pero ya saben que lo que tienen en casa son, exactamente, dos asturianos de pura cepa.

Daniel, Natalia, Serghei y Maxim
Moldavia
Serghei llegó al occidente asturiano hace quince años tras una visita familiar. Le gustó, dice que Asturias es como Moldavia “pero en horizontal y con mar”. Encontró trabajo de calderero, que es su oficio, y se vino a vivir con su novia. De aquel matrimonio nacieron Daniel y Maxim, huérfanos desde que Serghei enviudó hace cuatro años. Los abuelos de los niños siguen en Moldavia y Serghei se propuso que pasasen allí alguna temporada. Él dice que le consta que lo disfrutan, pero que en lo que arraigar en España respecta, “ya no hay vuelta atrás”: aquí están sus amigos, su balonmano y su futuro.

Muchas gracias familia, por vuestro tiempo y por vuestra generosidad.




